Al sospechar de su mujer, Misako, Rintarou contrata a un detective para que la espíe. El informe que recibe de la agencia contiene una foto de Misako en pleno acto. Con aspecto de idiota, el hombre de la foto es Kuroda. Rintarou les llama la atención a ambos. A cambio de mirar hacia otro lado, quiere que graben un vídeo sexual...